¿Os imagináis dormir en un iglú, despertarse en plenos Pirineos, coger la moto de nieve y hacer mushing con unos preciosos huskies? De todo esto y mucho más pudimos disfrutar durante un fin de semana en los Pirineos, gracias a TenaPark (no os perdáis el vídeo final!)
Todas estas actividades se desarrollan en el Valle de Tena, más concretamente en la Partacua.
Nuestro viaje comenzó en Tramacastilla de Tena, un bonito pueblo con casas típicas de los Pirineos hechas de piedra.

Sobre las 19.30 h nos recogieron en 4×4 en Tramacastilla de Tena y recorrimos unos 5 Km por los empinados caminos del Pirineo hasta el campamento base. Ya de noche, en este punto nos esperaban las motos de nieve que llevaríamos hasta el refugio.
Unos 10 Km recorrimos en nuestra moto de nieve por los increíbles paisajes (aunque oscuros) de los majestuosos e imponentes Pirineos. Una sensación única e irrepetible poder contemplar las montañas nevadas en una noche con un cielo tan estrellado.
Al llegar al refugio nos esperaba un caldo caliente, con el que entramos en calor y nos preparamos para construir el iglú donde pasaríamos la noche.
Empezamos hacer los iglús entre las 12 personas que estábamos, con la ayuda de los dos monitores. Seguro que os preguntaréis:
¿Cómo se construye un iglú?
Para la construcción del iglú se necesita una sierra, una pala, hielo, habilidad y paciencia, mucha paciencia.
Se trata de cortar rectángulos de hielo con la sierra y sacarlos con la ayuda de la pala. Estos serán los ladrillos de nuestro iglú.
Para construir el iglú es necesario que previamente se haya hecho un agujero circular que será el suelo del iglú. Es recomendable que tenga una profundidad de 0.5 m para resguarse del frío y de diámetro aprox. 2 m.
Conforme se van sacando los rectángulos de hielo se van colocando de forma circular pegando unos con otros para formar una sólida pared. Después del primer nivel se va subiendo sucesivamente mientras se va cerrando poco a poco.
Finalmente, hay que tapar los agujeros que puedan quedar entre los bloques de hielo con pequeños trozos, siempre dejando un pequeño agujero para la ventilación y así evitar la condensación.
Una vez terminada la estructura, solo falta hacer la puerta, simplemente se trata de quitar un par de bloques para poder entrar.

Tras construir los iglús, volvimos al refugio para poder disfrutar de una cena al calor del fuego. Cenamos migas de pastor y unas costillas de cordero hechas al fuego, y brindamos con champán.
Bien entrada la noche nos dirigimos a nuestro iglú para colocar los sacos de vivac que nos resguardarían del frío durante esta noche de invierno. Es recomendable meter la ropa, así como las botas, dentro del saco para que no se congelen y podernos vestirnos al día siguiente.


Tras pasar la noche en un lugar único, amanecimos con la puerta del iglú prácticamente tapada por la nevada nocturna, toda una experiencia!!

Nos levantamos y fuimos al refugio a desayunar y coger fuerzas para el día que nos esperaba.


Después de desayunar volvimos a coger la moto de nieve para volver por el camino hecho la noche anterior, esta vez pudimos disfrutar de los Pirineos a la luz de día, una auténtica pasada!!

Mushing en los Pirineos
Llegados al campamento base, pudimos disfrutar de la maravillosa experiencia del mushing (trineos tirados por huskies). Media hora de un paseo divertido guiando a los juguetones huskies.


Para terminar nuestra aventura, cogimos unas raquetas para andar por la nieve e hicimos una ruta de unas 2 horas a nuestro aire, contemplando un entorno que nos dejó sin aliento.


Finalmente, en el campamento base nos dieron de comer migas de pastor y costillas de cordero (para no variar mucho nuestro menú) 😉



Antes de volver a Pamplona, una última parada en el Embalse Bubal y vuelta, tras un fin de semana increíble y lleno de anécdotas.

Aquí os dejamos un vídeo resumen de nuestra aventura en los Pirineos:
Es increíble la cantidad de información que dais. Parecéis cualquier oficina de información y turismo.